Las creencias que tenemos definen nuestras decisiones y, en muchos casos, también nuestras ambiciones. Es un fenómeno al que somos particularmente vulnerables cuando nos encontramos al frente de un proyecto. Los CEO no son una excepción y a veces acaban cayendo en esas mismas creencias limitantes.
¿Cómo se arraigan estos pensamientos negativos? ¿Cómo puedes librarte de su influencia en tu trabajo como CEO? Vamos a responder a esas preguntas en este artículo.
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Todos tenemos suposiciones o percepciones sobre nosotros mismos, sobre la forma en la que el mundo funciona y sobre las mecánicas de funcionamiento de nuestro trabajo. Con gran frecuencia, estas creencias personales tienden a menospreciar nuestra eficiencia y nuestra capacidad para proyectarnos en estados superiores de nuestro negocio. Estos son algunos ejemplos de pensamientos limitantes:
“No tengo la suficiente preparación para dirigir una empresa más grande”.
“Creo que el mercado actual va a afectar a nuestras ventas”.
“Si delego tareas, mostraré signos de debilidad”.
Supuestos como los anteriores son “autolimitantes” porque, de alguna manera, con ellos defines un obstáculo que tú mismo has creado.
¿Cómo funcionan estas creencias autolimitantes?
La principal fuente de la que se nutren estos estos pensamientos es una debilidad humana: nos gusta tener la razón. Tendemos, por ello, a buscar evidencias que respalden nuestras ideas, incluso si se trata de conclusiones que van en nuestra contra.
El proceso de creación de creencias autolimitantes podría resumirse en estas etapas:
Usemos una de las creencias limitantes más comunes para ejemplificar este proceso:
Existe una serie de aspectos en el trabajo de un CEO que se ven afectados por este tipo de creencias:
Todas estas ideas afectan las acciones y propuestas que un CEO podría tomar para beneficio de su empresa.
En una encuesta realizada con el equipo de Joe Moliner a más de 100 empresas, se observó que los CEO españoles también se ven afectados por una serie de creencias autolimitantes:
Las creencias, por muy arraigadas que estén, no son hechos, sino fruto de los entornos en los que nos desenvolvemos como empresarios: un ambiente hostil nos hace sentir menos capaces, pero uno positivo puede llevarnos a un exceso de confianza.
Al no tratarse de hechos, sino de pensamientos, las creencias limitantes pueden modificarse gracias a la flexibilidad de nuestra mente.
La parte más importante del proceso para superar estas creencias es tomar consciencia de su existencia.
Realiza este ejercicio con cada una de las creencias autolimitantes con las que has saboteado el desarrollo de tu empresa. Puedes realizar esta reprogramación con la ayuda de un coach, de manera que obtengas mejores resultado y , además, te ayude a identificar otras creencias limitantes.
La idea es, en todo caso, que comprendas que puedes elegir entre creer en el fracaso, ser víctima de tu exceso de confianza o encontrar el método para crecer como CEO.
Hay una serie de nociones acerca de nosotros mismos y nuestro entorno productivo que pueden ir en contra de nuestras tareas como CEO y del empuje de nuestra empresa. Se les conoce como creencias limitantes.
Se trata de pensamientos que nacen de la confusión, la frustración y de buscar una explicación en lo que nos rodea, y nos impiden ver la realidad de forma objetiva, con un análisis adecuado.
Pueden llegar a condicionar nuestras ideas de futuro, así como nuestro plan de acción, y tener un impacto negativo en los resultados finales.
Al ser ideas preconcebidas, estas pueden desmontarse con un simple análisis y una investigación del entorno, y pueden acabar convirtiéndose en metas y desafíos en lugar de en obstáculos mentales.
En Joe Moliner podemos ayudarte a revertir los efectos de las creencias limitantes y a desarrollar un plan de acción a la medida de tu empresa.
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